Córdoba reclamó su
vinculación con la vida y la obra de Miguel de Cervantes en 1917. Entonces se
instalaron en dos puntos de la ciudad sendos mosaicos cerámicos que seguían el
modelo de los colocados en Sevilla el año anterior. Estos paneles todavía
pueden verse en la Plaza del Potro y en la Puerta del Osario y, aunque su
diseño, autor y época es similar, parecen proceder de iniciativas diferentes.
El primero fue inaugurado el 23 de abril de 1917, coincidiendo con el
aniversario del fallecimiento de Cervantes y con la finalización de las obras
de recuperación de la portada del antiguo Hospital de la Caridad, que había
permanecido oculta hasta su descubrimiento por Enrique Romero de Torres
(1872-1956). Este pintor, hermano del famoso Julio Romero de Torres, fue
conservador-restaurador y después director del Museo Provincial de Bellas Artes
de Córdoba. Fue iniciativa suya la de instalar un panel cerámico costeado por
“varios cordobeses con amor de paisanos y veneración de españoles” a imitación
de los ya existentes en varias calles de Sevilla.
Mosaico cervantino en la fachada del Museo de Bellas Artes de Córdoba, en la Plaza del Potro. Fotografía: Víctor Heredia |
El texto fue redactado por
el ilustre cervantista Francisco Rodríguez Marín1 y en el mismo se destacaba
el “abolengo cordobés” del escritor (sus abuelos eran naturales de Córdoba) y
el hecho de que “mencionó este lugar y barrio en la mejor novela del mundo”, en
referencia a las alusiones a la famosa Posada del Potro en varios capítulos del
Quijote. Curiosamente el mosaico está
situado en la fachada del Museo, situado justo enfrente de la vieja Posada, que
después de ser adquirida por el Ayuntamiento es desde el año 2005 sede del
Centro de Flamenco “Fosforito”.
Detalle del panel cervantino de la Plaza del Potro. Fotografía: Víctor Heredia |
Es un panel rectangular
formado por 84 azulejos y bordeado por una cenefa en tonos azul y blanco. En la
parte superior hay dos medallones, uno con el escudo de la ciudad y otro con un
retrato de Cervantes, unidos por una guirnalda. Está firmado en el ángulo
inferior derecho por el pintor ceramista sevillano Manuel Vigil-Escalera Díaz
(1885-1938), amigo de Julio Romero de Torres.
El segundo mosaico
cervantino de Córdoba se encuentra en el lugar de la desaparecida Puerta del
Osario, que fue demolida en 1905. Presenta el mismo diseño, autor y año, pero
en este caso está formado por 104 azulejos y algunas diferencias en los colores
y en los motivos decorativos. Además, en este caso es el Ayuntamiento cordobés
el que aparece expresamente como promotor de la inscripción, recordando que
Cervantes “mencionó este lugar en sus obras”, sin especificar en cuál de ellas.
El mosaico está instalado en el lienzo de muralla que se conserva como recuerdo
de la desaparecida puerta2.
Mosaico de la calle Osario de Córdoba. Fotografía: Víctor Heredia |
1 Boletín de la Real Academia de Ciencias,
Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, nº 60, 1948, p. 64.