lunes, 4 de marzo de 2019

LOS MOSAICOS CERVANTINOS DE CÓRDOBA


Córdoba reclamó su vinculación con la vida y la obra de Miguel de Cervantes en 1917. Entonces se instalaron en dos puntos de la ciudad sendos mosaicos cerámicos que seguían el modelo de los colocados en Sevilla el año anterior. Estos paneles todavía pueden verse en la Plaza del Potro y en la Puerta del Osario y, aunque su diseño, autor y época es similar, parecen proceder de iniciativas diferentes.


El primero fue inaugurado el 23 de abril de 1917, coincidiendo con el aniversario del fallecimiento de Cervantes y con la finalización de las obras de recuperación de la portada del antiguo Hospital de la Caridad, que había permanecido oculta hasta su descubrimiento por Enrique Romero de Torres (1872-1956). Este pintor, hermano del famoso Julio Romero de Torres, fue conservador-restaurador y después director del Museo Provincial de Bellas Artes de Córdoba. Fue iniciativa suya la de instalar un panel cerámico costeado por “varios cordobeses con amor de paisanos y veneración de españoles” a imitación de los ya existentes en varias calles de Sevilla.

Mosaico cervantino en la fachada del Museo de Bellas Artes de Córdoba, en la Plaza del Potro.
Fotografía: Víctor Heredia
El texto fue redactado por el ilustre cervantista Francisco Rodríguez Maríny en el mismo se destacaba el “abolengo cordobés” del escritor (sus abuelos eran naturales de Córdoba) y el hecho de que “mencionó este lugar y barrio en la mejor novela del mundo”, en referencia a las alusiones a la famosa Posada del Potro en varios capítulos del Quijote. Curiosamente el mosaico está situado en la fachada del Museo, situado justo enfrente de la vieja Posada, que después de ser adquirida por el Ayuntamiento es desde el año 2005 sede del Centro de Flamenco “Fosforito”.

Detalle del panel cervantino de la Plaza del Potro.
Fotografía: Víctor Heredia
Es un panel rectangular formado por 84 azulejos y bordeado por una cenefa en tonos azul y blanco. En la parte superior hay dos medallones, uno con el escudo de la ciudad y otro con un retrato de Cervantes, unidos por una guirnalda. Está firmado en el ángulo inferior derecho por el pintor ceramista sevillano Manuel Vigil-Escalera Díaz (1885-1938), amigo de Julio Romero de Torres.

El segundo mosaico cervantino de Córdoba se encuentra en el lugar de la desaparecida Puerta del Osario, que fue demolida en 1905. Presenta el mismo diseño, autor y año, pero en este caso está formado por 104 azulejos y algunas diferencias en los colores y en los motivos decorativos. Además, en este caso es el Ayuntamiento cordobés el que aparece expresamente como promotor de la inscripción, recordando que Cervantes “mencionó este lugar en sus obras”, sin especificar en cuál de ellas. El mosaico está instalado en el lienzo de muralla que se conserva como recuerdo de la desaparecida puerta2.

Mosaico de la calle Osario de Córdoba.
Fotografía: Víctor Heredia






Boletín de la Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, nº 60, 1948, p. 64.
Queremos expresar nuestro agradecimiento a Alberto Cañas Pérez y Juan López Rejano por su colaboración para conocer y documentar los mosaicos cervantinos de  Córdoba. Entre las abundantes referencias disponibles de estos azulejos se puede destacar la del blog de J.C. Canalda: