El Instituto de Enseñanza Secundaria
Vicente Espinel de Málaga está ubicado en un conjunto de edificios que se han
ido agregando desde principios del siglo XVIII hasta finales del XX,
construyéndose la parte más reciente, el gimnasio y la pista deportiva, en
1993. Situado en la calle Gaona, de la que toma su nombre popular, junto a la
iglesia de San Felipe Neri, en pleno centro de la ciudad, es el instituto más
antiguo de la provincia, aunque tuvo otros usos antes de que en 1846 fuera destinado a centro educativo: fue inicialmente
casa palacio del comerciante de origen genovés Baltasar Guerrero en el primer
tercio del siglo XVIII, luego perteneció al conde de Buenavista y
posteriormente, a partir de 1739,el conjunto fue ampliado para servir de residencia
de una comunidad de sacerdotes filipenses.
Hace un par de años tuvimos la oportunidad de celebrar el 170
aniversario del instituto, ocasión que aprovechamos para poner al día el
impresionante patrimonio arquitectónico, artístico, patrimonial y, por qué no
decirlo, sentimental del centro. No
olvidemos que el verdadero legado del Gaona
-como siempre ha sido conocido el instituto entre los malagueños- está en el
corazón y en el recuerdo de las personas
que se han formado en él. Sus aulas, pasillos, escaleras, laboratorios y patios
son parte del paisaje emocional de la adolescencia de muchas generaciones.
La galería de El Quijote del
Gaona está situada en el pasillo del primer piso que rodea al patio principal
del centro, conocido como Patio de Columnas. Terminado de construir a mediados
del siglo XVIII por los filipenses, el patio es el núcleo de la Casa de
Estudios, cronológicamente el segundo edificio del centro, construido con el
objetivo –nunca culminado- de convertirlo en un espacio para la formación de
sacerdotes mediante el estudio de Gramática, Filosofía y Teología. Aunque nunca
cumplió este propósito, sí es cierto que desde entonces sus aulas y galerías
han estado dedicadas de algún modo a la enseñanza. Los textos en latín de las
impresionantes cartelas de piedra que subrayan los escudos de los laterales del
patio así lo sugieren al visitante no avisado. La llegada al primer piso nos depara
la mejor de las sorpresas: ante nosotros aparece un espectacular zócalo de
azulejos coloristas con motivos de El Quijote circundando toda la galería en
sus dos laterales, en un extraordinario estado de conservación. Y, al contrario
de lo que sucede con otros elementos decorativos y arquitectónicos del
instituto, bien estudiados y documentados, nos encontramos con muchas preguntas
y con muy pocas respuestas: nunca supimos en qué momento del siglo XX se habían
instalado esos azulejos, ningún profesor nos habló de ello; los archivos del
instituto no contienen dato alguno sobre el particular; no conocíamos ningún
estudio, ni próximo ni reciente, ni realizado desde dentro ni aportado desde
fuera, sobre su finalidad –que siempre imaginamos decorativa e higiénica- y
sentido. Sencillamente, como cientos de malagueños que pasaron por las aulas del
Gaona, hasta anteayer hemos seguido recorriendo la galería en dirección a
cualquier otro espacio del centro, deleitándonos con sus dibujos y su colorido:
una armadura, un caballero andante, un singular paisaje manchego plagado de campos verdes–extrañamente, la verdad-,
molinos de viento, posadas y posaderos, un jamelgo y un escudero…, imágenes que
hablan de extraordinarias aventuras, eso sí, pero nada más. El conocimiento en
profundidad de la galería era, pues, una
tarea pendiente.
Cuando hace apenas un par de años
nos propuso la dirección del instituto la organización de unas jornadas sobre
Cervantes para sumarnos a las conmemoraciones del cuarto centenario de su
muerte, vimos la oportunidad de empezar a escuchar, aprender y mirar todo lo que la galería tenía que decirnos, enseñarnos y mostrarnos. El descubrimiento tenía
que hacerse al menos en dos direcciones: una hacia dentro, que profundizara en
el conocimiento de la propia galería, y otra hacia el exterior, que nos
permitiera comprender sus referencias y vinculaciones con el mundo quijotesco.
Ambas direcciones resultaron estar felizmente ramificadas y ser infinitamente
más amplias de lo que en un principio hubiéramos podido intuir; cuando se
empieza a tejer una red, esta puede llegar a los lugares y rincones más insospechados, especialmente si se cuenta
con la preciosa ayuda de personas como Alberto Cañas, entusiasta corresponsal
quijotesco de esta singular empresa. Pronto
nos dimos cuenta de que este empeño necesitaba una tercera dirección que lo conectara
con todo aquel que pudiera interesarse y, tal vez, aportar nuevos elementos. Ese
es el objetivo de este blog.
Dice Rodrigo Fresán que “clásicos
vivos de la literatura hay muchos, pero pocos de ellos gozan del poder virósico
y de contagio que tiene ‛Don
Quijote de La Mancha’”. Ojalá
que este virus, del que nosotros estamos ya irremediablemente contagiados por
vía cerámica, inocule a muchos otros y
lleguemos a ser legión los convalecientes “de una enfermedad para la que,
afortunadamente, no hay ni jamás habrá cura alguna”.
Patio de Columnas del IES Vicente Espinel (Gaona). Fotografía: Rafael Maldonado |
Galería de El Quijote. Fotografía: Rafael Maldonado |
Precioso!!!! Orgullosa de trabajar en un lugar tan mágico....
ResponderEliminarFelicidades por esta magnífica iniciativa y por este blog que abrirá ventanas a la historia y patrimonio del Gaona, nuestro Gaona, el Gaona del Quijote.
ResponderEliminarUna infectada gaonera.
Norabuena, mis señores don Víctor y don Rafael, por esta nueva y nunca vista aventura quijotesca.
ResponderEliminarUna joya de sitio y una iniciativa maravillosa para dar a conocer sus tesoros,también para mí ha sido un orgullo trabajar allí y con magníficos compañeros.
ResponderEliminarBesos de Zenaida
EliminarEnhorabuena por esta nueva iniciativa, como siempre, tan apasionante y enriquecedora!!!!
ResponderEliminarRecuerdos a toda la gente apasionada del Gaona
Lucía
Ilusionando.Como siempre. Magnífico
ResponderEliminarMaravillosa iniciativa que seguro que os depara mil alegrías. Sois únicos,enhorabuena.
ResponderEliminarY una vez fui Gaona y muchas veces lo agradeceré. Gracias lugar de encuentro. Del mundo y para el mundo, de los sueños
ResponderEliminarFelicitaciones por el trabajo. Lo sigo desde Bahía Blanca, en Buenos Aires, Argentina.
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