La
Glorieta Cervantina del Parque de María Luisa era un espacio recogido e íntimo,
lo que no impidió que se convirtiera en uno de los lugares más admirados por
parte de las personas que visitaban la ciudad de Sevilla en los años previos a
la Exposición Iberoamericana. La idea de crear reproducciones de la glorieta,
con varios bancos de obra forrados con azulejos de tema quijotesco dispuestos
de forma perimetral o lineal, se fue extendiendo por otros lugares de España y
del extranjero, especialmente en América.
En
Alcázar de San Juan se instaló una réplica de origen sevillano y en el Parque
Gasset de Ciudad Real la llamada Fuente Talaverana incorporó un zócalo de
azulejos con el escudo de la ciudad y varias escenas del Quijote. Otros modelos
de bancos y espacios cervantinos fueron proliferando por el territorio
peninsular y por todo el continente americano, desde Argentina hasta Estados
Unidos.
Las
posesiones coloniales españolas en África tampoco quedaron al margen del éxito
de los azulejos inspirados en pasajes del Quijote, usados tanto como
revestimiento cerámico de espacios privados como en elementos ubicados en
parques, plazas y paseos. En el Protectorado del Norte de Marruecos conocemos
la existencia de mosaicos en el interior del Teatro Cervantes de Tánger y,
gracias a las informaciones aportadas por D. Antonio Reyes Ruiz, sabemos que
existen azulejos cervantinos en unos bancos situados junto al Ayuntamiento de
la ciudad de Larache, del catálogo de Mensaque, Rodríguez y Compañía, y que
existieron otros similares en la antigua Plaza de España de Chauen, ya
desaparecidos. Antonio Reyes ha comisariado la exposición Azulejos con
historia, que recoge el legado cerámico español en Marruecos.
Un
ejemplo tardío de la difusión de estas piezas cerámicas, muy vinculadas a un
cierto modelo de internacionalización de la cultura española, lo encontramos en
las calles de Malabo, la antigua Santa Isabel, capital de la isla de Bioko y de
Guinea Ecuatorial. En sus calles y paseos se conservan varios bancos con motivos
cerámicos cervantinos, instalados en la última etapa de la época colonial. Los
bancos están revestidos en sus asientos y respaldos con azulejos con escenas
del Quijote. Son piezas seriadas y elaboradas mediante la técnica de la cuerda
seca, que pueden ser atribuidos a los talleres de la firma sevillana Ramos
Rejano. En cuanto a su fecha de instalación, podría situarse hacia 1955, ya que
en el centro de los respaldos de esos bancos aparece en mosaico el diseño de
escudo de la ciudad de Santa Isabel que fue aprobado por una orden de
Presidencia del Gobierno de 7 de diciembre de 1954. En los años anteriores ya
se habían colocado bancos decorados con escenas africanas y otros motivos en
los jardines existentes delante de la Catedral, procedentes de los talleres
talaveranos de Ruiz de Luna.
Bancos quijotescos en la antigua Plaza de España, actual Plaza de la Independencia, de Malabo
(Fuente: Web “Crónicas de la Guinea Ecuatorial”, www.bioko.net/galeriaFA)
Los
bancos son de ladrillos aplantillados, con un claro toque regionalista, y se
disponen sobre plataformas rectangulares cerámicas en cuyas esquinas también
hay azulejos quijotescos. En los respaldos y asientos las piezas quedan
enmarcadas por piezas lisas en tonos verdes. La ubicación de estos asientos en
lugares de la ciudad, como el Paseo de Punta Fernanda o en las cercanías del
Casino, propició que aparecieran en numerosas fotografías familiares como
elementos llamativos de la época colonial. Algunos de estos asientos han
desaparecido, como los de la Plaza del Ayuntamiento, mientras que los que se
conservan presentan un evidente estado de deterioro. Debemos el conocimiento de
estos bancos, huella peculiar de la presencia española en el corazón de África,
gracias a la amabilidad de D. Álvaro Ortega Santos, director del Centro
Cultural de España en Malabo, quien nos ha proporcionado la adjunta fotografía,
realizada por el arquitecto Ángel Luis Sousa. Nuestro agradecimiento a ambos
por su inestimable colaboración para poder realizar esta entrada sobre el que
quizás sea el testimonio más exótico de los azulejos quijotescos.
Detalle de uno de los bancos que aún se conservan en
Malabo.
Fotografía: D. Ángel Luis Sousa (a través de D. Álvaro Ortega Santos)
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