El otro acto central de
la conmemoración del tercer centenario de la publicación de la primera parte
del Quijotefue la puesta en escena de
un capítulo de la obra de Cervantes a cargo de un grupo de alumnos del
Instituto y de alumnas de Magisterio, dirigido por una comisión formada por los
catedráticos Saz, Carballeda y Pérez Leal y la directora de la Escuela Normal
de Maestras, Suceso Luengo, a partir de una idea del catedrático Bernardo del
Saz. El marco elegido para la representación fue el propio patio del Instituto,
en el que se habilitaron las galerías y los balcones para albergar a la
concurrencia, estimada en más de mil personas. El acto se celebró el mismo 8 de
mayo y fue abierto con un discurso del director sobre la significación y
trascendencia del Quijote. Tras la
intervención del catedrático de Literatura, Eduardo Sánchez Castañer, se
celebró la función teatral, representándose el capítulo LXIX de la segunda parte,
con un montaje y vestuario muy cuidados, en la que intervinieron como actores
medio centenar de estudiantes, entre ellos los alumnos oficiales Enrique Ramos
Ramos, Pedro Armasa Briales y José González Marín (los dos primeros futuros
políticos republicanos y el tercero famoso rapsoda). El acto continuó con la
interpretación de un diálogo original de Luengo y Díaz de Escovar entre la
figura de España y un estudiante, siendo el momento culminante la coronación
simbólica del busto de Cervantes, efectuada mediante una compleja composición
resaltada por un potente foco eléctrico. La fiesta concluyó con la
interpretación por un coro formado por ochenta niños y niñas de las escuelas
públicas de la ciudad de un himno a Cervantes compuesto por Suceso Luengo y el músico
José Fernández.
Representación en el patio del instituto, 8 de mayo de 1905 (Archivo IES Vicente Espinel) |
La representación tuvo
tal éxito que fue repetida días después en el Teatro Cervantes, destinando la
recaudación a fines benéficos escolares. Con el efectivo obtenido con esta
función y el sobrante del presupuesto de la conmemoración se formó un capital
de 750 pesetas que, por acuerdo del claustro del Instituto, se invirtió con el
objeto de dotar una beca anual “en favor de un alumno con actitud notoria y
falta de recursos suficientes, prefiriéndose los huérfanos”. De esta manera se
constituyó la Matrícula o Premio Cervantes, a modo de modesto recuerdo de las
celebraciones del centenario del Quijote. Años después se gestionó su
declaración como fundación benéfico-docente y, ya en los años treinta, su
capital se integró en el del Caudal de San Felipe Neri.
Coronación simbólica de Cervantes, 8 de mayo de 1905 (Archivo IES Vicente Espinel) |
La conmemoración se completó
con un funeral solemne en la Catedral en memoria de Cervantes, un certamen
literario y artístico y una velada cultural organizada por la compañía de María
Tubau en el Teatro Cervantes.
Del acto celebrado en el patio del Instituto se
realizó un reportaje fotográfico por Eugenio Rasch, de cuyas fotografías se
sacaron grabados que aparecieron en los días siguientes en la primera página de
La Unión Mercantil. Estas
fotografías, junto a otras de los principales implicados en la organización del
evento, también ilustraron un cartel o póster conmemorativo que se editó
después con el título “III Centenario del Quijote. Recuerdo de la fiesta
escolar celebrada en el Instituto General y Técnico de Málaga, en honor del
Príncipe de los Ingenios Miguel de Cervantes Saavedra”, del que se conserva un
ejemplar en el Archivo Díaz de Escovar.
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